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¿A cuantos personajes históricos recononces?
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martes, 7 de agosto de 2012

Los héroes de Clint Eastwood


El oeste americano resulta ya un tema tan pasado de rosca que es ya no sinónimo de cutre, sino incluso de incultura. Muchos relacionan ya la palabra vaquero con un insulto y aun más ven los westerns como pelis de tiros sin sentido, como el señor Tarantino pretende mostrarnos con su futura Django desatado (el genial músico francés se removerá en su tumba viendo lo que se asocia a su nombre).Pero volviendo al western basándome en las tesis que mi padre defiende, cuando a un género o persona le salen las coñas y las parodias, es cuestión de unos años que se desplome. Y si ya se pudieron partir el culo de la risa con La leyenda de la ciudad sin nombre allá por los 60, se puede afirmar que el western lleva lo menos 40 años más muerto que el general Custer.
¿Pero cuando nació la estética Western? Pues desde luego, no os creáis que en el salvaje oeste tenían tiempo para tensos duelos de pistolas (es más, he leído que eran más comunes las peleas perras de navajas a la andaluza porque una bala para un Desperado podía suponer un montón de pasta) o para muchos rodeos.
Me rasqué la cabeza el otro día y al igual que el verano pasado destapé muchos mitos sobre piratas, este me ha dado por los vaqueros. Así sin más dilación ni dilatación os traigo un emocionante relato sobre cómo nació la mamarrachada americana alrededor de su miserable pasado que tanto adoran. Así que coge el Smith and Wesson, cálzate las botas y prepárate para recibir una balasera de datos sobre el origen del western de circo.

Nuestro relato comienza con un chavalillo venido a menos que nació en 1845, obviamente, en los estados juntitos de América. Todos lo conocieron por Cody, pero en el año de 1868 sus peripecias con el rifle le valieron el sobrenombre que le dio fama de por vida: Buffalo Bill.
¿Pero que sabemos por aquí realmente sobre este tan mentado personaje? Cuando he hablado con gente sobre él le han llamado mata indios, sudista o incluso forajido. Pues nada más lejos de la verdad. Leyendo su biografía descubrimos que tuvo más de aventurero y de tipo auténtico que de cabrón.
Bill en 1916
Para empezar, su padre siempre se opuso a las ideas esclavistas y defendió que Kansas debía ser un estado sin esclavitud. Esto no debió de cuajar mucho en la casa de cultura y tolerancia de Arkansas, porque un navajazo dejó al papi de Billy tocado de por vida hasta que la diñó unos años después. Ya sin papi Buffalo, Billy se tuvo que buscar la vida como mensajero, explorador para el ejército o cartero transcontinental. Cuando murió también mami Buffalo, ya libre de todo retuerce de orejas, se alistó en el ejército y luchó con la unión en la guerra de secesión (que si coña, esa riña entre esclavistas y “solo racistas” que tanto sacan en las pelis americanas). Acabada su posibilidad de aventuras bélicas al firmarse la paz, se decidió a buscar oro con poco éxito y se hizo explorador para el ejército y el ferrocarril valiéndole Medallita de honor (como el videojuego). El famoso apodo le viene de aquella época de explorador para el ferrocarril, donde se dedicaba a abastecer a los ferroviarios de carne de búfalo cazando 4.280 animalitos en 8 meses. Su fama con el rifle fue tal que los ricachones del este lo contrataban incluso como ayudante de cacerías. Poco después montó un hotel y con el tiempo incluso fundó la ciudad que lleva su nombre: Cody, en el estado de Wyoming.

Su respeto por los indios resulta notable, al menos, para los años en los que hablamos (hoy en día seguro que lo veíamos recibiendo quejas de asociaciones de padres). Los conoció bien durante sus exploraciones y aprendió sus costumbres. Luchó bastante por sus derechos e incluso decía comprender las causas sus levantamientos violentos, fruto de timos o presiones por parte del estado. También cabe destacar que a pesar de ser uno de los principales asesinos de búfalos de la historia ya cercana la hora de picharla (donde por si las moscas se apuntó al cristianismo, no fuera a ser que luego tuviera una eternidad para reírse desde el infierno) reconoció que sus matanzas de animales habían sido un error. En vida también fomentó la cacería por temporadas, menos agresiva con los animales.

Con este alucinante curriculum uno se queda lo que los filólogos denominan Flipao. Pues por si su vida no era ya lo suficientemente alucinante, el tipo tuvo tiempo de aportar a la historia americana y más bien a la del espectáculo la extensión mundial del western americano.


Por aquel entonces, circos y otros artistas itinerantes gozaban de mucha acogida. Si vives sin tele al ver llegar a unos tíos en carromato que realizan simpares virguerías no es de extrañar que te den ganas de dejarte tus cinco centavos (una barrabasada para la época) en ver a un tipo meterse antorchas por la boca. Pues Billy no podía ser menos y rascando de aquí y de allí consiguió fundar un espectáculo itinerante que bautizó como  Buffalo Bill´s Wild West (el lejano oeste de Buffalo Bill) donde comenzaron a realizarse los famosos espectáculos del wild west. Su menú no solo incluía rodeos, sino también cabalgatas de los más variopintos tipos de indios y otras razas igual de chocantes para los yanquis (como cosacos y gauchos), recreaciones de ataques a diligencias o una aldea india. Con estos dos últimos espectáculos no solo daba trabajo a los indios (no un gran trabajo, pero oye) sino que aparte de ponerlos como fieros guerreros atraca diligencias, también mostraba su modo de vida, tratándolos como un pueblo, no como unos salvajes.

Por su circo pasaron toda serie de aventureros que o bien trabajaron poco tiempo hasta tener suficiente para seguir con sus aventuras o vaqueros ya famosos pero viejos que querían una tranquilita retirada donde poder seguir luciéndose.

Oakley
Uno de los platos fuertes de su espectáculo lo constituían las exhibiciones de tiro, donde destacó y brillo con luz propia Anie Oakley, una de las mejores tiradoras del mundo. Esta autentica prodigio del dispare venció a un famoso tirador llamado Buttler cuando solo contaba 15 años, acertando todos los blancos de 25 y fallando su contrincante un tiro. Con esto no solo ganó los 100 dólares de la apuesta, sino también el amor de Buttler, con el que se casó un año después (muy listo por su parte, ya que así recuperaría los 100 dólares de manera legal). Su matrimonio fue fructífero: Su marido hizo las veces de manager y de diana, ya que el truco estrella de Oakley era disparar al cigarrillo de su marido, amén de darle a un centavo tirado al aire, agujerear una carta a treinta pasos de distancia o volarle manzanas sobre la cabeza a su perrito George (el cual debió de tener serios problemas psicológicos y pánico escénico). Oakley no solo fue considerada una gran tiradora, sino también luchadora por la situación de las mujeres, intentando formar batallones de mujeres para la guerra de cuba o la primera guerra mundial. El gobierno de EEUU rechazó las ideas, seguramente por miedo a que Annie dejase en ridículo al cuerpo de marines.

Aunque en hoy en día pocos aquí lo conozcan, no debemos olvidar hablar de un célebre pistolero que también formó parte del circo de Buffalo, aunque poco tiempo y siendo aun joven. A este curioso personaje directores como Sergio Leone le deben mucho: James Butler Hickok o para los amigos (y no tan amigos) Wild Bill. Ahora veremos qué es lo que Hollywood y el Espagueti Western le deben.

Wild Bill Hickok
Explorador, conductor de diligencias y en resumen, otro aventurero similar al resto de chalados ya citados pero que resalta por su manera de acabar con sus enemigos Y es que el amigo Wild Bill protagonizó el primer duelo a lo Clint Eastwood documentado de la historia. Nuestro Wild Bill acostumbraba a pedir dinero a un tal Davis Tutt, un amigo que se había echado practicando una de sus pasiones: El poker. Y para Wild Bill tener un amigo significaba tener un banco con piernas al que poder pedirle dinero a espuertas. Esto no debió de molestar mucho al tal Davis, pero el caso es que su relación comenzó a ponerse más tensa que la cuerda de un piano con el tiempo, algunos dicen que por una mujer de por medio o porque Bill se tiró a la hermana de Davis dejándola preñada. La cosa es que dejaron de jugar a las cartas juntitos y Davis comenzó a prestar dinero, pero a los rivales de Wild Bill. Y en una de estas, Davis y Bill se encontraban en una timba de poker. Davis aconsejaba al rival de Bill y este jugaba lo mejor que podía. Tan bien lo hizo que ganó al oponente, lo cual jodió bastante a Davis. Este le reclamó una deuda de 35 dólares que Bill aseguraba ser de 25. Davis no se cortó y le quitó el reloj. Bill le advirtió que estaba jugando con fuego pero Davis se lo tomó como palabras huecas. Error mortal. Y así cuando Davis apareció por la plaza de Missouri luciendo el reloj (yo me lo  imagino haciéndolo girar cual raterillo del rastro), Wild Bill apareció y bueno, como decía la canción de Lucky Luke: Bang Bang…
Davis cayó muerto con un tiro en el corazón, disparado por Bill desde la friolera distancia de ¡68 metros! Hay quien dice que se oyó un solo disparo, a pesar de haberse producido dos. Y es que ambos fueron tan seguidos que sonaron como uno ¿Leyenda? ¡Quién sabe, hablando precisamente de personas que son leyenda!
Tras ser absuelto, esta hazaña lo persiguió el resto de su vida y le dio muy mala publicidad, pero también renombre. Después de este duelo se sucedieron otros tantos, diciéndose por ahí que llegando a matar a más de 100 (dato que hoy en día es tachado de bulo).
La mano del muerto
Y si la fama (en este caso mala) le vino jugando al poker, la muerte lo sorprendió también dejándose las perras a las cartas. Habiéndose sentado en un mal sitio (detrás de una puerta), un tipo le voló la sesera cuando recibía la quinta carta. La mano que tenía en aquel momento,  una doble pareja de ochos y ases y una carta sin descubrir se conoce hoy en día como la mano del muerto. ¡Qué yuyu si te toca y estas de espaldas a una puerta!

Jane
Uno de los más (hoy en día) recordados personajes que pasaron por el Bufalo Bill´s Wild West es Calamity Jane, más famosa por sus anteriores correrías que por su contribución al western. Jane, aficionada a la trola y la exageración está rodeada de lagunas y calvas sobre su vida debido a que se atribuía azañas y encuentros que nunca se habían celebrado: Juró haber servido para el general Custer en un fuerte sobre el que no hay datos que haya pisado. De igual extraña biografía que el resto de personajillos que pulularon por el circo de Bill, Calamity fue (según algunas fuentes de internet) exploradora para el ejército, meretriz, escolta de diligencias y enfermera ocasional (en la epidemia de viruela de 1876). Afirmó toda la vida haber tenido un romance con nuestro amigo Wild Bill, del que se quedó prendada de por vida y junto al cual está enterrada. Aun así pasaron poco tiempo juntos y Bill se casó con una tal Agnes en 1876. Pero oye, hay algo que se ha de añadir: En 1941 un vejete de 67 años reclamó una pensión defendiendo ser hijo de Wild Bill Hickok y Calamity Jane, presentando como prueba un trozo de biblia firmado por dos reverendos que aseguraba que Bill y Jane se habían casado en Montana en 1873. Una versión sin verificar defiende que el hijo de Calamity Jane fue adoptado por un capitán llamado O´Neil en extrañas circunstancias. El tal O´Neil viajaba en un barco cuando descubrió a Jane enferma con un bebé de dos días en un camarote. Jane le informó de que era incapaz de cuidar del bebé, adoptando el capitán al niño. Yo no acabo de creérmelo. ¿Rechazaría nuestra Jane lo único que le quedaba de Bill?

Toro Sentado y Buffalo Bill
Entre los indios del elenco, encontramos al conocido Toro Sentado, famoso por sus escaramuzas militares como la de Little Bit Horn donde acabó con el ejército del general Custer. Tras huir a Canadá y ser amnistiado, se sumó al circo y se granjeó la amistad de Buffalo.

Todo este grupo de personajillos tuvo el honor de conocer a Buffalo Bill, el pionero de los buscavidas del oeste,  y de participar en su circo, del que nos estamos olvidando entre tanta biografía. Pero ¿Qué fue del circo? ¿Se quedó en los Estados Juntitos? Nada más lejos. La fama del Oeste de Buffalo Bill no solo se extendió a los EEUU, sino que pronto (y sobre todo fomentado por su aparición en la feria mundial de Chicago) él y sus personajillos realizaron giras mundiales, llegando a actuar en el jubileo de la reina Victoria (yo desde luego no me la imagino dando palmadas al son de un rodeo) o incluso haciendo el truco del cigarrillo de Oakley a un príncipe alemán (si Francia hubiese andado lista, hubiera pagado a la amiga Anie para que el rifle apuntase un poco mas pa riba).

Ya para acabar, os dejo aquí una grabación histórica realizada por la compañía cinematográfica de Edyson en la que se ven diferentes espectáculos del circo, con sus desfiles por las calles, los tiros de la Oakley, danzas indias y rodeos. También un pequeño video donde vemos a Buffalo saludando a su manera y si queréis imaginarlo así, despidiéndose de esta entrada extra-larga que ya acaba.

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