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¿A cuantos personajes históricos recononces?
El blog La historia Interminable renovado y celebrando su 2º año en la red

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Moraleja, tira el chambergo y compra una capa nueva


Se oye murmurar a la gente del lugar: “España está en recesión”. Todo hijo de vecino anda paranoico con eso de la crisis y dice que España esta yendo a paso de cangrejo hacia el abismo del tercer mundo. Lejos de esta exageración, yo lanzo esta pregunta ¿Desde cuando no hemos estado en recesión?
Hemos sido el país del atraso mas absoluto desde tiempos irrecordables. Ya lo decían los del 98, y los afrancesados, y los mozárabes y hasta los romanos. ¡Jesús! ¿Es que España ha sido tonta toda la vida? Ante esto recordemos que las primeras palabras escritas en español son las famosas glosas, o, en otras palabras, anotaciones para los que hablaban tan mal el latín que ya ni se acordaban de que significan algunas palabras. Por lo que vemos, hasta tenemos un idioma de tontos.
Pero de lo que vamos a hablar en este artículo no es del retraso español, que ya está mas que clarinete, sino de la reacción del populacho, osease, la peña.
La reacción que voy a comentar se conoce popularmente como el Motín de Esquilache, aunque habría que llamarla mas exactamente: “El motín provocado por el tocahuevos de Esquilache”

Nos vamos a 1766. Cogemos esa cosa oxidada que se llama imaginación y nos trasladamos a la ciudad de Madrid, ya sabéis, La Cibeles, El prado y todo eso.
Al mando del cotarro español estaba el amiguete Carlitos III (cuya napia era mas grande que un bananero). Este rey tenía un amiguito que se llamaba Leopoldo de Gregorio (nombre que actualmente está ,mas obsoleto que el rapé) o para los colegas Marqués de Esquilache (ahora va cobrando sentido el nombre del motín). Este tipejo italiano veía en España lo que todos vemos, un atraso que ni el de las imágenes en las retransmisiones de las naves espaciales. Para paliar esto, pues bueno, empezó con lo básico, la imagen. Si queríamos parecer (ojo, que no ser) vanguardistas teníamos que dar buena facha. Así que ala, a hacer parques, aceras, farolas y fosos sépticos (los cuales eran toda una novedad en España, así que…).
Pero aunque las calles fuesen bonitas seguíamos teniendo algo que no podían cambiar, gente fea. Se llevaba mucho un sombrerito cutre conocido como Chambergo y se tiraba también una barbaridad de la capa larga. Como a Esquilache le parecían prendas mu cutres, cogió y con dos cojones y dos neuronas y los prohibió, haciendo que si reincidías te cayese una multa el doble de grande. Lo mas a-co-jo-nan-te del asunto es que estas mismas prendas las había puesto de moda la realeza hacía menos de 100 años.
Pero como se conoce que hay que vestir a gusto del rey, lo recomendable eran los tricornios, ya sabéis, esos sombreritos con forma de triangulo.
Pero nada, que somos muy de tradiciones, y no somos tan fáciles de convencer.

La nueva ley fue publicada y la gente torció mas el morro que un gato cuando le das a oler vino. Esquilache se estaba pasando. Pasaba eso de que el pueblo llano pagase una burrada de impuestos para hacer parques y calles por las que paseasen los Tontones (ya sabéis, la casa real) y también eso de que no hubiese ni para comprar el pan, el cual había subido tanto de precio que no lo pagaban ni los banqueros. ¡Pero hay como nos toquen un pelo mas es que estallamos!
Estas prohibiciones fueron la gota que colmó el baso y desbordase la mala baba española por las calles de Madrid un Domingo de Ramos.
Tras una serie de peleas que dejan la revolución de octubre por los suelos, los madrileños, haciendo alarde de la chulería, exigieron no solo que les dejasen la capa larga y el Chambergo y que bajasen los alimentos, sino que a Esquilache lo mandasen al destierro y que para que no le sucediese el sobrino italiano del rey, que tampoco hubiese ministros extranjeros, amén de que el rey debía salir públicamente a decir que era un pringao y un paria y que aceptaba todo lo que le habían dicho.
Este lo hizo dudando entre matarlos a todos. Y menos mal que lo hizo, porque eso podía haber supuesto el fin de los reyes españoles.

Como este motín nos demuestra, España no solo está atrasada, sino que además los arreglos que hacemos por solucionarlo son mas pobres que nuestra economía.
¡Que viva la cultura española!*

*Glosa:
K biba la kultura epainola!

viernes, 17 de diciembre de 2010

Federico el (de la picha no tan) grande

!Si hasta tiene muñeco de acción! El nuevo Accion Federico Man

¿Qué eso de Prusia? ¿Una presa mal pronunciada? ¿Una cagada que cometió un niño al decir “El comunismo de pRusia” durante un examen?
No, se trata nada mas y nada menos que de un país que por tiempos de la Maricastaña (por concretar, de 1701 a 1918) se hallaba en esa cosa tan grande y llena de montes que se llama Europa.
Bien, ahora que sabemos que es eso de Prusia, vamos a hablar de uno de sus gobernantes con mas salero (Era o este o Bismarck, el cual fue sustituido por una morsa los últimos seis años de mandato y nadie lo notó). Nos estamos refiriendo al señorito Friederich II, o para entendernos, a Federico el Grande.

El tal Federico nació en Prusia, concretamente en la casa real de los Hohenzoller, los cuales ni tenían casa como tal ni lo iban diciendo por ahí.
Para que entendamos como fue su infancia, cogemos a un niño pálido, tirillas, con chepa y poca gracia. Le ponemos unos trajes así como de príncipe (no vaya a ser que os lo hayáis imaginado desnudo y se me plantan aquí los censores de blogger, a los que saludo) y le ponemos a recitar obras de Shakespeare y a bailar imaginando que es una bailarina esperando a que Lohengrin la rescate. Como vemos, el niño era un poquitín afeminado, por lo que no es de extrañar que a su padre, el cual se era conocido como el rey sargento por la mala hostia que traía y también por ser militar, se le hinchase la vena del cuello al ver que su hijo iba por ahí jugando a las cocinitas.
Como a Federico no le comprendía nadie excepto su madre, empezó a chatear (que en el siglo XVIII se llamaba “mantener correspondencia”) con filósofos franceses. El nene era todo un sabiondo y un filósofo en primera regla, algo para lo que la realeza no estaba hecha ni lo esta hoy en día (véase Juancarlos de Borbón). Por lo tanto, su padre, mas radical que los refrescos, lo encarceló y luego le hizo ver como se cargaba un teniente al que amaba.
Intentando así quitarle la pluma al niño, el gilipollas del rey sargento desencadenó entonces uno de los mas brillantes y belicoseros reyes de Prusia.
Una vez saliese de la prisión tras hacer muy buenas migas (no olvidemos lo que pasa en las cárceles… Campeonatos de mus), se casó con una tal Isabel, a la cual la dejó plantada como un clavel y con eso volvió a estar nominado para ser el rey de Prusia. Para que veamos el amor que profesó a la señorita Isabel, la envió a un castillo en Atomarpoculo (famosa región de Bavaria) y solo volvió a verla para decir sobre ella “La señora se ha convertido en grasa” con mas cariño que el que le profesó al papel de lija.
Llegando a ser rey en 1740, empezó a utilizar esa cosa francesa que se llamaba Despotismo ilustrado, osease, todo para el pueblo sin el pueblo, frase de la que supongo que se perdieron trozos:
Todo el marrón para el pueblo sin que el pueblo pueda hacer nada.

Como el nene pensó que imitando al resto de Europa era buena idea construirse unas cuantas casas en el nuevo mundo y llamarlas colonia, llevó a toda la población que él odiaba (los feos y los incultos) a donde no pudiera verla.
Entre otras cosas, también abolió la tortura e impulsó un plagio del derecho romano con todas las letras: “El derecho Prusiano”
Como al amiguete ya le habían llovido mas hostias que a un tambor cuando era pequeño, siguiendo múltiples teorías psicológicas y su mala baba, invadió y se me metió en mas guerras que el tato. De mierda hasta el cuello, se dedicó a estabilizar mas tarde todos esos marrones. Hay quien dice que era tan buen estratega que hasta Napoleón le plagió algunas tácticas militares.
Entre guerra y guerra el tio sacó tiempo para componer y escribir. Una de sus obras fué mas tarde adoptada por amiguete adolfito, así que si una vez un Skin se pone a cantar esto, decidle muy educadamente que si también es fan de Federico el de la pluma.
Finalmente el nene murió una mañana 1789. A su funeral fueron unos masones, Voltarie con voltaje negativo, es decir, apenado, e Isabel la plantada como un clavel, la cual se permitió el lujo de decir que la tenía pequeña (Johann Georg Zimmermann dijo que podía ser verdad)

miércoles, 1 de diciembre de 2010

De hachas gigantes y rusos


Entre mis aficiones mas comunes se encuentra también la de devoto jugador del “Age of Empires 3” Para los que no estén familiarizados con la saga diré que se trata como bien dice el nombre de dirigir un imperio y sus colonias del nuevo mundo entre 1492 y 1840 mas o menos. A pesar de no estar reconocido como un gran juego, yo le tengo mucha estima porque sobre todo está lleno de detalles históricos que me alegra encontrar ( a pesar de que puedes hacerte unas inventadas del quince poniendo al mando de piratas a Napoleón, el cual ataca a los rusos en California…).
A parte de matar soldados y esclavizar nativos, el juego aporta también algo de conocimiento entre todo ansia de poder. Una de las cosas que a mi mas me ha llamado la atención es la aparición de un tipo de unidad rusa llamada “Strelet”, que tiene una pinta mas o menos así: Me sorprendí al ver esta unidad que en el juego tiene cierta similitud con los soviets (parece que va a gritar “Pan y paz” en cualquier momento). Mi ansia de conocimiento me llevó a internet pero allí no hallé mas que basurillas. Sin embargo, el juego cuenta con una enciclopedieta que te resume muy bien casi todas las cosas del juego. Del strelet he conseguido saber lo siguiente:

Strelet
A principios del siglo XVI, un tal Iván (no un Talibán), para los amigos “El terrible” por sus pintas principalmente, que era por aquel entonces el Zar de las rusias (la de arriba y la de abajo) descubrió que no tenía algo que los europeos llamaban “Infantería permanente”. Buscando en la Wikipedia del siglo XVI, Iván descubrió que eso significaba tener unos soldados con su sueldecito que trabajen indefinidamente en aquel trabajo. Para molar tanto como los demás mandamases, mandó formar un ejercito de soldaditos a los que llamó Streltsí, o Strelet, (lo mismo da que da lo mismo), palabra que provenía del palabro ruso “Strela”, que significa flecha. ¿Tendrá relación con que antes flecha en español se decía Estela?(¡Infórmese sobre las lenguas romances en su biblioteca o amigo con título de latín mas próximos! Aun no es tarde para aprender latín).
Los Strelets los constituían unos hombrecillos muy majos que llevaban a parte de un arcabuz que pesaba lo suyo, un hacha gigantesca para revanar pescuesos que les llegaba a la altura de la frente si la apoyabas en el suelo, la cual utilizaban también para apoyar el cacharro, es decir, el arcabuz (¡Mal pensao!). A estos el Zar, como no tenía muy claro el concepto de salario, les daba un poco de dinero, unas pocas tierras, un poco de comida y un poco de comida (vamos, un poco de to). Pero como se conoce que les daba de todo muy poco, pues los pobrecitos Strelets tenían que pluri-emplearse. Esa si que sería buena, está el zapatero remendando una suela cantando todo feliz Kalinka y derepente suena el toque de corneta y deja el martillo para coger la pedazo hacha y el arcabuz.
Los Strelets le cayeron tan bien al Iván que llegaron a ser la guardia personal del Zar. Bueno, todos no, solo los llamados “Strelets de élite” que tenían el morro de ir a caballo. Su puesto era tan prestigioso que solo podía ser Strelet de élite por herencia paterna. ¡Como pa ser cojo! La cojo herencia es la que te deja el padre con la cacho hacha.
Los Strelets debieron de tener sus piques con el gobierno ruso, porque se rebelaron contra el mismo zar dos veces, lo cual les llevó al finiquito de testículos y al despido improcedente.
Como vemos, eso de que se parecían a los soviets no andaba tan descarriado…
Kalinka, kalinka, kalinka moiá! V sadu iágoda malinka, malinka moiá!