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¿A cuantos personajes históricos recononces?
El blog La historia Interminable renovado y celebrando su 2º año en la red

domingo, 25 de abril de 2010

Con un par de... ¿Faldones?


A pesar de que cuando pensemos en mujeres históricas nos vengan a la cabeza la empollona Madame Curie o la delicada Nightingale, es difícil que nos vengan a la cabeza mujeres que rompiesen con todo. Obviamente las ha habido a montones, pero nunca han sido muy conocidas.
Sin embargo hoy rindo homenaje a una de las menos conocidas pero a una de las mas atrevidas de las mujeres: Mary Kingsley.
Nacida en 1862 en Inglaterra, vivió una infancia sosa y aburrida, solo animada por las historias de su padre sobre otros países.
Ya que Inglaterra era la primera potencia mundial en producir exploradores ( a un ritmo de cuatro buscavidas al día y seis ricos que quieren ver mundo a la semana) Mary quiso subirse al carro. Pero estamos hablando de otra época, 1892, cuando las mujeres servían para poco mas que hacer los trabajos domésticos y adornar. Sin embargo las mujeres, tras haberse tirado toda la historia de la humanidad reclamando sus derechos estaban empezando a montar un pollo digno de salir en los libros (extrañamente Mary no defendía el sufragio universal femenino, vamos, que no creía en el voto de las mujeres, lo cual es mas estúpido que un obrero de derechas) .Utilizando estos dos felices acontecimientos históricos y tras perder a su madre y padre el mismo año (que nadie sospeche nada, no se los cargó para poder irse de casa) Mary metió dos mudas limpias en su maleta y se piró a Luanda, donde empezó sus viajes.
Primero aprendió las costumbres y trucos para sobrevivir en la selva y después se atrevió a estudiar las tribus caníbales.
Por si no fuera poco, Mary bajó en canoa por el Ogooué y descubrió varias especies de peces nuevas (actualmente un pez lleva su nombre, como gran honor). Las tribus de las proximidades del río le pusieron el mote de Only I, ya que al ver esta, una dama blanca, que impactaba a los lugareños, decía para tranquilizarlos: Don´t afraid, I am only I.
Tras sentarse un rato a descansar los pies, escaló el Monte Camerún por una ruta que ningún blanco había hallado. Aunque estos hechos ya sean de por si bastante impactantes, cabe destacar que Mary… ¡No usó otra cosa que moda victoriana! Nunca pantalones, siempre faldón y corsé. De hecho, asegura que una vez, bajando el Ogooué, salvó la vida del mordisco de un caimán por el grosor de sus faldas. El pobre caimán, al ver que lo que mordía sabía a felpa, fue liquidado a remazos por la furiosa Mary. Supongo que aquí los nativos si que empezarían a asustarse de Only I.
Cuando volvió a Inglaterra, famosa por los libros que había escrito sobre sus viajes, se dedicó a dar conferencias sobre África. Además, defendió las costumbres africanas, como la poligamia (Peace and love) y la libertad de la raza negra frente a las costumbres blancas.
Finalmente, en la segunda guerra boer, Mary se alistó como enfermera donde pilló un catarro y la palmó. Only I, la que había soportado el mordisco de un caimán, a una horda de caníbales y el duro clima del Camerún, no soportó una fiebre tifoidea de nada.
Que su espíritu de hacer lo que le de la gana nos sirva de ejemplo.

domingo, 18 de abril de 2010

Los sueños no pagan las facturas (Las ayudas del estado si)




La posteridad es una amante infiel, que solo se alcanza cuando uno consigue algo. Con esto no me refiero a meterse doscientos clavos por la nariz (así solo conseguirás posteridad en tu pueblo si es que no es costumbre hacer eso), si no a escribir un libro, plantar un árbol, tener un hijo y en algunos casos inventar algo.
A pesar de que cualquiera nos puede decir una larga lista de inventores e inventos correspondientes (al menos si tiene dos dedos de frente) seguro que nadie me puede decir un inventor que pasó a la historia por no inventar nada.
Pues señoras y señores, la historia a veces es curiosa y entre millón y medio de nombre de inventores asoma el de
Charles Babbage.

En resumidas cuentas, Charles Babbage fue el creador de las bases de la informática, y no, no en 1930 con el primer ordenador, ni en 1900, ni siquiera en 1850 sino en 1822, cuando la máquina de vapor aun andaba por perfeccionar.
Nacido en el seno de una familia acomodada, Charlie, amante de las matemáticas, soñaba con poder tener máquinas que realizasen las operaciones mas complicadas (la calculadora era aun un artículo de cachondeo inventado por Pascal años atrás). En 1822 presentó su idea al gobierno británico, la llamada Máquina diferencial, para realizar logaritmos. Le otorgaron 1.500 libras como primera concesión, que acabaron por llegar a las 17.000. Charlie cambiaba la máquina a menudo y encima los engranajes no giraban bien. La máquina no fue terminada y se la quedó el portero de la Sociedad de Astronómica para secar los calcetines. Sin embargo, en 1991, el museo de las ciencias de Londres construyó una máquina diferencial que funcionaba perfectamente, y eso basándose en un boceto de Charlie y usando los materiales de la época. ¿Se vería quizás la idea de Babbage truncada por un cacahuete que atascó la máquina? Solo el tiempo lo sabe.

Unos añitos para arriba, Charlie se quitó la pistola de la boca (no, es broma) y lo volvió a intentar, esta vez con la llamada Máquina Analítica, considerada la primera computadora del mundo. Sin embargo, a pesar de las múltiples recomendaciones de Adda Lovelace (hija deLord Byron), la cual había inventado muchos programas para esta máquina, nunca fue terminada. Quizás los argumentos de Adda perdiesen peso al ser esta una jugadora empedernida sumida en la miseria. La máquina, al igual que la otra se la quedó el portero, esta vez para apoyar los pinreles mientras leía.

Babbage también tuvo poco éxito en sus otros proyectos. Intentó deshacerse de los organilleros de Londres, ya que decía que los borrachos y putas bailaban cuando su música sonaba. Sin embargo, estos se unieron para luchar contra él, y se colocaron todos debajo de su ventana para tocar lo mas alto posible.

Sin embargo también inventó otros grandes artilugios que seguro que todo el mundo conoce como… vamos a ver... ¡Ah, si! ¿Quién no ha oído hablar del famoso “Avisa-bacas”? Este era un aparatito que servía para avisar al ganado de que se apartasen de las vías cuando pasaba el tren.

En fin, aun y todo parte de su cerebro aun se conserva en formol. Si este pudiese hablar en una época en la que los ordenadores son una herramienta indispensable en cualquier objeto sin que nadie sepa a quien se lo debemos, seguramente diría: ¡Mátenmeeeeeeeee!

lunes, 12 de abril de 2010

Weimar en crisis, o como meter la pata hasta la ingle



Nos situamos en la república de Weimar (nuevo nombre concedido a Alemania tras la abdicación de su rey tras la 1ª guerra mundial) en el 33 (el bar de mecano no, bestia).
Al mando de una nación en la mayor miseria imaginable (la sopa de bota causó furor en los restaurantes) cuya moneda había sido devaluada al precio del cartón (se llegaron a imprimir billetes de un millón de Marcos, los cuales servían para comprar el pan) y sin ninguna posibilidad de recuperación, ya que una de sus zonas mas ricas había sido ocupada por los Franceses (con esto no nos referimos a que cambiasen la cerradura mientras 12.000 alemanes iban a comprar el pan, si no a la ocupación minera del Ruhr) estaba el Mariscal Hindemburg.
Este era un hombre sencillo que pensaba que su nación era la mejor ya que vivía muy bien sin salir a la calle y sin ver como todo Berlín corría tras una gallina descuidada con tenedores y cuchillos en mano.
Pero primero veamos las causas de esta situación económica tan peculiar.
Para ello nos remontamos al fin de la 1ª guerra mundial. Tras esta guerra, el mundo se había quedado un tanto pulverizado, ya que Europa se sumía en las deudas: Francia le debía mucho dinero a USA, dinero que le había prestado para comprar armas contra los alemanes. Para hacer frente a las deudas, y tocar un poco los huevos a los alemanes, Francia exigió a Alemania unas altas reparaciones de guerra. Obviamente, si le pides dinero a un país cuya gran mayoría de trabajadores había muerto de asco en las trincheras, que no te sorprenda que no puedan darte nada.
Temiendo que Francia y Alemania se tirasen piedras mutuamente, un tal Dawes, que había sido expulsado de la prisión por malo, propuso una solución que arreglaría todo:
USA prestaría dinero a Alemania. Con ese dinero Alemania pagaría las reparaciones de Francia y esta a su vez le devolvería la pasta a USA. Por así decirlo, era prestar dinero al deudor de tu deudor para recuperar el dinero que le habías prestado.
Extrañamente, USA sacaba una tajada tal que le salió rentable, algo que hizo torcer el morro a algún que otro quisquilloso que no se dio cuenta de que era el negociazo del siglo.
Pero claro, llega noviembre del 29 y la cosa se complica. Cuando la bolsa cayó en picado como los empresarios por las ventanas, Alemania dejó de mamar de la teta de USA, por lo que se le cerró el grifo a Francia, por lo que USA no pudo seguir explotando a Francia. Tras organizar tal cacao mundial, Dawes despareció con su premio novel de la paz (el cual le fue concedido tras crear una idea que ocasionó una crisis mundial) y se sospecha que se estuvo descojonando hasta el día de su muerte.
Total, Alemania, perdón, La república de Weimar, estaba al borde del colapso y su sociedad se hacía jirones como los Marcos que no servían mas que para encender la chimenea.

Hindemburg, hasta el culo de dirigir un país cuyo PIB era inferior al de una confitería, convocó elecciones en 1933.
Al la derecha, con inspiraciones rusas y muy mala hostia, Los Espartaquistas (comunistas que habían intentado un golpe de estado no hace mucho). A la izquierda, con el apoyo del pueblo de Babaria y un saludo muy chulo, Los nacionalsocialistas mas conocidos por el querido apodo de Nazis. (que habían intentando otro golpe de estado no hacía mas que el anterior)
Tras cuatro asaltos, ninguno consiguió la mayoría necesaria para controlar Weimar.
Pero Hindemburg ya había reservado crucero y no podía echarse atrás, así que tuvo que elegir entre un grupo de radicales que prometían pan y paz (y en realidad daban hambruna y guerra civil) y un adorable pintor retirado que se metió en política de mejillas sonrosadas y ojitos de dibujo manga.
Nadie puede culpar a Hindemburg de desencadenar el mayor genocidio de todos los tiempos, el pobrecito necesitaba unas vacaciones.
Quien iba a decir que mientras Himdemburg se tocaba los huevos a dos manos, Hitler, con la sangre de los Espartaquistas en la mano izquierda y la de sus opositores en el partido en la mano derecha, ponía sus ojos en una cosita llamada Polonia.